Pinchote este hermoso
pueblo santandereano que acoge a sus visitantes con afecto, tiene una historia
digna en sus calles, en sus gentes, que es necesario conocer, ya que forma
parte de la historia de Colombia y su independencia.
Por el año de 1781
mientras en la Plaza de Armas del Cuzco (Virreinato del Perú), los españoles
ejecutaban por descuartizamiento a Tupac Amaru, líder de la mayor rebelión
indígena anticolonial que se dio en América durante el siglo XVIII. Y en Europa
se publicaba la Crítica de la razón pura de Immanuel Kant. En estas tierras de la
colonia española ya existía el caserío de Pinchote, que jugaría un papel
importante, primero en la Revolución de los Comuneros y después en La
Independencia. En sus inicios El Sitio
de Pinchote estuvo adscrito eclesiásticamente al Socorro y en la parte civil a
San Gil.
Los primeros
pobladores del “Sitio de Pinchote” en el
año de 1772 dan poder a don Pedro de los Santos Meneses y a don Antonio José Villamil para tramitar la separación del Socorro.
Posteriormente los campesinos le encomendaron a don Pedro Santos (padre de
Antonia Santos Plata) la demarcación del sitio de Pinchote para que fuese
presentado al arzobispo Caballero y
Góngora quien era Virrey de la Nueva Granada.
Oída la petición por el Virrey, este comisionó al presbítero Miguel de
la Rocha para hacer efectiva la demarcación de linderos entre Socorro y San Gil.
Es así que el 1 de mayo de 1782 se otorgó la escritura de reconocimiento y
creación del caserío de Pinchote. Su primer párroco fue el presbítero Luis
Fernando Sarmiento y Otero y su primer alcalde Juan Antonio Gómez Plata. Se
considera así la fundación de Pinchote el 7 de abril de 1782, con el Nombre de
San Antonio de Padua de Pinchote. Muchos años después, en 1870 cuando se
organizó el estado de Santander, Pinchote fue incluido como parte y con
dependencia del Socorro.
Es fácil visitar a Pinchote
Sus
límites se hallan demarcados por el Norte con San Gil, por el Oriente con el
Páramo, por el Occidente con San Gil y Cabrera, por el Sur con El Socorro. Sobre la vía que de Bucaramanga conduce a
Santa fe de Bogotá, dista de San Gil, capital de la provincia de Guanentá a 5
Kms., del Socorro, capital de la provincia comunera, 18 Kms y de Bucaramanga,
107 Kms.
Cuenta
con un área total de 53.81 Kms2, se encuentra entre los pisos térmicos cálido húmedo y templado
húmedo cuya temperatura oscila entre los 18 y los 24 grados, a una altura entre
600 y 1.800 m.s.n.m., el casco urbano se encuentra a una altura de 1.131
m.s.n.m., su ubicación espacial se encuentra a una, latitud de 6º32´norte, y
una longitud de 73º 11´oeste. (Fuente:
planes de desarrollo Alcaldía Municipal). Sus unidades climáticas son: Cálido
Semi – árido, Cálido Semi – seco, Templado Semi – árido, Templado Semi – húmedo.
Con un brillo solar según el IDEAM de 2.290 horas / luz / año, un valor máximo
de 262 horas, y un valor mínimo de 97.3 horas, el mayor brillo solar se
presenta en los meses de verano y los menores en invierno. Con una humedad humedad
máxima anual de 92%, humedad media de 74%, y una humedad relativa mínima anual
de 56%. El municipio posee diversos tipos de topografía desde pendientes suaves,
hasta perfiles quebrados y muy quebrados. Al estar Pinchote ubicado en la
cordillera Oriental muy cerca del cañón del Rio Fonce sus quebradas son de poco
caudal, son ellas las quebradas La Limona, La Guayacana, Pinchota, entre otras.
Tiene 14 veredas son ellas: GARCES, MESETA, SANTA CRUZ, REHOYA HORTENSIAS, SECTOR
AGUA BUENA – LAS VUELTAS. EL BOSQUE, PIEDRA DEL SOL, LLANO GRANDE, EL ALTO, LA
GRANJA, PORTAL DEL CONDE, CAPELLANIA, CONGUAL, AREA URBANA.
María
Antonia Santos Plata ¡está viva!
María Antonia Santos
Plata es considerada una de las heroínas más importantes de la independencia de
Colombia junto con Policarpa Salavarrieta, Manuela Sáenz, Matilde Anaray, Manuela
Beltrán, Juana Velasco de Gallo, Simona
Amaya, Juana Escobar, Estefanía Parra, la indígena Clara
Tocarruncho, (conocida porque en 1781 en
Cómbita se levantó con su grupo de aborígenes frente a un grupo de españoles) en
fin, un grupo de mujeres que hicieron posible la independencia de Colombia del
yugo español.
Antonia
Santos nació en Pinchote, el 10 de abril de 1782 y murió en El Socorro el 28 de
julio de 1819, temprano se unió a la causa de Simón Bolívar, formó la primera
guerrilla de la provincia del Socorro, denominada –Guerrilla de Coromoro y
Cincelada- para apoyar el fundamento de
la libertad. Su hermano Fernando Santos Plata fue uno de los jefes de esta
guerrilla. Este grupo de guerrilleros interceptaba las comunicaciones de las
tropas realistas, mantenían informados y aprovisionaban las fuerzas rebeldes de
Bolívar y posteriormente desempeñaron un papel importante en la batalla del Pantano
de Vargas en Boyacá.
Traicionada
por uno de sus amigos fue arrestada y
ejecutada el 28 de Julio de 1819 junto a los próceres Isidro Bravo y Pascual
Becerra se les culpó como enemigos de la causa del rey y reos
de lesa majestad. Ese 28 de Julio de 1819 a las diez y media de la mañana
Antonia fue llevada al patíbulo la acompañaba su hermano Santiago Santos a
quien entregó sus alhajas y su testamento, un sargento la ató al patíbulo, le
vendó los ojos, se escuchó el redoblante e instantes después los soldados
dispararon apagándose así una vida que pasaría a la historia de Colombia y que
con dignidad traía la llama de la libertad. Su muerte detonaría más luchas, ya
que dio origen a la batalla del Pienta. Una batalla poco conocida y valorada
pero primordial para la independencia. Según
el historiador Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro Correspondiente de la
Academia de Historia de Santander, del que citaremos su escrito tomado de la
página https://www.oscarhumbertogomez.com/?p=13150 porque se considera que esta batalla fue fundamental para el
triunfo de Simón Bolívar en la batalla de Boyacá que como sabemos fue la confrontación bélica que garantizó el
triunfo de la Campaña Libertadora de la Nueva Granada. Este hecho tuvo lugar el día 7
de agosto de 1819 en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de Tunja.
La Batalla del Pienta.
“El 4 de agosto de 1819, el pueblo de Charalá obstruyó el avance
de las tropas españolas que, comandadas por el coronel Lucas González, se
dirigían hacia Tunja con el fin de reforzar las tropas realistas del coronel
José María Barreiro, que pocos días antes habían enfrentado a las del general
Simón Bolívar en Pantano de Vargas, a consecuencia de lo cual se encontraban
diezmadas.
Aquel desigual enfrentamiento entre civiles armados de elementos
rústicos y sin formación militar alguna, y tropas del ejército español, es
conocido como la Batalla del Pienta.
El Pienta es uno de los dos ríos que bañan el territorio
charaleño; el otro es el río Táquiza (no confundirlo con el río Cáqueza).
La derrota de los charaleños fue espeluznante, pues los
militares españoles persiguieron a sus oponentes quienes, ya en manifiestas
condiciones de desventaja, se replegaron hacia el pueblo, donde se produjo la
matanza final, que ya había comenzado a orillas del río: trescientos
santandereanos aproximadamente fueron masacrados por los invasores que unos
años atrás habían dado al traste con la I República (1810 – 1816).
A pesar del triunfo militar español, la férrea oposición
santandereana al avance de las tropas invasoras hizo que, en todo caso, los
refuerzos que el coronel Lucas González le iba a proporcionar al coronel José
María Barreiro no llegaran oportunamente.
Por ello, el coronel Barreiro hubo de enfrentar a las tropas de
Simón Bolívar en el Puente de Boyacá, sobre el río Teatinos, el 7 de agosto
siguiente, sin contar con ellos, lo que posibilitó la victoria patriota.
La Batalla del Pienta, sin embargo, no fue mencionada siquiera
por la historiografía oficial colombiana y solo recientemente se ha empezado a
hablar de ella, obviamente por parte de los santandereanos, a pesar de la
evidente y enorme importancia que tuvo en la historia de nuestra Independencia
nacional”.
Así
que la vida y luchas de Antonia Santos fueron trascendentales, no solo su vida
fue un ejemplo, sino que aún en la muerte, fue capaz de sellar la independencia
del tirano español. Criada en un ambiente de rebeldía ya que su familia apoyó abiertamente
la causa independentista.
La
historia de Colombia la recuerda en estos términos según la página del Banco de
la República.
“Tuvo un gran papel en la guerra de Independencia de Colombia,
unas colaboraron en las guerrillas, otras como mensajeras en el correo secreto
y otras como las "juanas" que acompañaron a sus maridos en las
campañas guerreras; María Antonia Santos Plata fue una de las grandes heroínas
de la Independencia de Colombia. Hija de Pedro Santos Meneses y Petronila Plata
Rodríguez, fue bautizada en la viceparroquia de Pinchote, el 11 de abril de
1782; sus padrinos fueron Casimiro Gómez y Casilda Plata. Su niñez y juventud
discurrió, al lado de sus padres, en la hacienda de El Hatillo. Allí recibió la
educación que recibían las mujeres de su época: labores propias del hogar, la
religión católica y prácticas piadosas y conocimientos de aritmética,
escritura, gramática y lectura.
Sus principales actividades estuvieron relacionadas con las
faenas campestres. En la provincia del Socorro se manifestó el más grande
descontento social y económico contra el gobierno colonial, que se proyectó en
el movimiento insurreccional de los Comuneros de 1781; así, Antonia Santos se
formó en un ambiente de rebeldía y descontento. Además, su familia se vinculó
fervorosamente desde los primeros momentos a la lucha en favor de la
emancipación del Nuevo Reino de Granada. Su madre, doña Petronila Plata
Rodríguez, murió en los primeros meses de la Reconquista, por lo cual le
correspondió a Antonia, la mayor de sus hijas, la representación moral y
material del hogar, personería que desempeñó con la máxima dignidad. En esta
época se conformaron las guerrillas patriotas en la Nueva Granada para luchar
contra los españoles realistas; ellas combatieron el Régimen del Terror y
apoyaron al ejército patriota en la Campaña Libertadora de 1819”.
La actriz e historiadora, Marta Luz Cristancho interpretando a Antonia Santos en su obra de teatro presentada en la Casa Museo Antonia Santos en Pinchote, Santander.
¿Sigue viva Antonia Santos?
Sí, y
es fácil encontrarla, saber de ella y su lucha por la libertad. Vive en
Pinchote en su residencia, hoy casa museo de Pinchote. Generalmente es visitada
por turistas, que embelesados aprenden de una de las etapas más importante de
la historia de Colombia como fue la independencia. María Antonia Santos les cuenta sobre sus
ideales, su vida, sus sueños y sus valores.
Los
visitantes pueden preguntarle detalles de su lucha y ella amablemente les
contesta. Su casa tiene hoy no solo recuerdos de la época de la independencia
sino también objetos del pasado reciente del país.
Esta
experiencia con la historia es viable porque la ingeniera de petróleos, actriz
e historiadora, Marta Luz Cristancho la hace posible.
Marta
Luz después de una completa
investigación histórica sobre la vida de nuestra heroína, escribió una
pieza teatral que ella misma representa. Marta Luz Cristancho vestida como
María Antonia, gracias a su impecable representación, es capaz de trasladarnos
a la época de la independencia haciéndonos sentir los ideales de libertad de
estas tierras comuneras. Nos hace sentir que Antonia está viva.
Esta
valiosa ingeniera de petróleos pero de corazón Historiadora, con cualidades de
una gran actriz, regresó a Pinchote con la intención de rescatar el legado de
Antonia Santos y en verdad que lo ha
logrado. Su representación del personaje como decíamos, es impecable y sus intenciones pedagógicas son
en verdad un gran aporte a la cultura de Pinchote y de Santander, porque cada
vez son más los visitantes que al llegar a estas tierras, con deseos de
descanso, se encuentran con una experiencia estética y educativa que los
enriquece y les satisface plenamente.
Marta
es la propietaria de la casa donde nació María Antonia Santos Plata, la ha
convertido una casa museo de memoria ancestral y una casa teatro donde el
monólogo sobre Antonia se recrea cada vez que los turistas lo piden.
Marta
desde pequeña vivió en un ambiente cultural e histórico que influenciaron la
actividad artística y cultural que hoy realiza, ya que desde su familia, don
Pascual Moreno Guevara miembro de número de la academia de historia de
Santander y quien fue la persona que descubrió los documentos que prueban el
nacimiento de Antonia Santos en Pinchote, don Pascual tío de la señora Elvira Moreno de Cristancho madre de Marta Luz. Cabe destacar que doña Elvira era una importante profesora que cultivaba
además de los aspectos educativos, afición por la historia, el teatro y amor
por la cultura. Se dio la oportunidad que hace 60 años la casa donde nació
Antonia Santos pertenecía a la parroquia y como esta tenía dificultades para
sostenerla, la casa fue vendida a doña
Elvira, quien la rescató y recuperó ya
que estaba en malas condiciones. Hoy Marta Luz No solo heredó la casa, sino que
continúa con el legado.
Nuestra
actriz tiene hoy tres montajes teatrales sobre el tema de los comuneros y la
independencia. Uno se llama Las dos caras de la moneda y es una obra en que la
actriz interpreta dos personajes al mismo tiempo Por un lado el virrey y lo que
este piensa sobre Antonia y por otro lado Antonia Santos exponiendo las razones
de su lucha.
En el
segundo Montaje es Antonia explicando la historia de Pinchote cuando fue
fundado y el contexto de la región comunera en épocas de la independencia. El
segundo montaje se encuentra en proceso, trata de las leyendas de Pinchote y
sus personajes más recientes.
Así
que el trabajo de esta actriz no solo es admirable, sino que merece todo el
reconocimiento necesario, ya que su representación teatral, nos permite tener
una experiencia inolvidable con la historia de Santander y de Colombia. Esta
propuesta cultural artística y educativa merece el apoyo de todos los
colombianos y cada vez que vengan a Pinchote pueden acercarse a la casa Museo
de Antonia Santos para disfrutar de una puesta en escena, que de seguro los
trasladará a la época de la revolución comunera (que en la obra funciona como
un contexto antes del nacimiento de nuestra heroína) y posteriormente al período de la independencia.
Pinchote, expresiones culturales y personajes importantes
Además de la amabilidad de sus gentes como
expresión cultural genuina de los pinchotanos, esta hermosa tierra cuenta con
lugares turísticos y sitios de interés
histórico como: el templo “San Antonio de Padua” construida en el año 1762 de
estilo colonial, también la casa de la Alcaldía Municipal construida en 1782,
sitios turísticos como el mirador La Copetona, Las Piedras de Aguabuena, el Salto
del Mico, Las cuevas de Carbón, el Puente Conejo.
Anualmente
se realizan eventos tradicionales como las fiestas del Corpus Cristi, la fiesta
de la Virgen del Carmen, la Semana Santa; Navidad y Año Nuevo.
La
arquitectura de Pinchote conserva aspectos de orden colonial, muchas de sus
casas al igual que su templo son de la época de la revolución comunera y de la
independencia.
Origen del nombre de Pinchote
Según el
profesor Juan Bautista Carreño Muñoz rector del colegio integrado Pedro Santos,
quien como buen pinchotano nos atendió amablemente, para contarnos algunos
aspectos culturales e históricos de Pinchote. “El nombre de Pinchote como es común en esta región, tiene origen en la
lengua Guane y dada la cantidad de nacimientos de agua propia del lugar la
palabra Guane “Pinchote” se refiere a “caída de agua”.
Como
dato curioso, el profesor Juan Bautista nos comenta: “según algunos historiadores afirman que Pinchote fue capital de La Nueva
Granada por algunas horas, dado que cuando se dio la batalla del Pienta Pinchote
era la viceparroquia más cercana para llegar a Tunja y Santa Fe era necesario asentar un acta de victoria”. Si
bien esta situación no está debidamente comprobada, si es interesante relatarla
porque nos permite entender la dimensión
del fervor de los patriotas por conseguir la libertad.
Pinchote
desde su fundación siempre ha tenido una importancia económica en agricultura y
ganadería. El profesor Juan Bautista Carreño nos comenta que la extensión
territorial de Pinchote en la época de la colonia, los límites con Cabrera y
San Gil era el rio Fonce conectando con Páramo y Valle de San José. Así que
muchos barrios que hoy son de San Gil como San Martin, Sagrada Familia eran de
Pinchote.
Personajes importantes de Pinchote
Uno
de los personajes importantes hijo de Pinchote, nos comenta el profesor, es don
Darío Benítez. Hombre autodidacta pero de una gran altura de pensamiento y
obra. Una excelente persona que expandió
el cooperativismo a nivel regional.
Nauro
Torres periodista del ya desaparecido periódico José Antonio hace un recuento
de la importancia de don Darío Benítez para el cooperativismo. Dice Nauro en su blog:
“Fue
Darío quien colocó las bases para la expansión del sector cooperativo en las
provincias del Sur de Santander, proyectó a nivel regional a COOPCENTRAL hasta
llevarla financieramente controlada y regulada por la Superintencia Bancaria de
Colombia, organismo estatal que recomendó, dado el volumen de ahorros que
manejaba la central, que se implementara una gerencia con bases científicas
para catapultarla a nivel nacional, trabajo que realizó el economista Álvaro
Arguello Rodríguez, quien sucedió en la gerencia al autodidacta Diario Benítez.
Transcurría
1990. En Colombia iniciaba el gobierno de Cesar Gaviria Trujillo, el presidente
de la apertura económica. El país vivía y sentía el terror. El candidato del
desmovilizado M-19, Carlos Pizarro León Gómez, moría en un atentado dentro de
un avión de Avianca y nacía por iniciativa de estudiantes la séptima papeleta
para reformar el congreso y renovar la vida política, social y económica del
país; Darío Benítez, se vio obligado a renunciar a la gerencia de COOPCENTRAL,
empresa cooperativa de segundo grado a la que le había dedicado su vida hasta
ese momento.
Al crearse la universidad UNISANGIL, Darío fue
vinculado por tres años como administrador siendo su primera gestión adecuar la
sede en donde funcionaba el Colegio San Carlos; posteriormente fue llamado a
ejercer la gerencia de la cooperativa de transportes de San Gil: COTRASANGIL en
donde dejó huellas con los manuales de operaciones y funciones, pero como no
tenía vinculado ningún automotor, fue reemplazado por orden de una asamblea
general, circunstancia que fue aprovechada por uno de sus alumnos empíricos,
reconocido por haber ejercido la gerencia de SERVICONAL y en ese momento, hasta
hoy, gerencia a la pujante COOPMULDESA, el Señor, Luis Eduardo Torres. Darío formó
parte de comité de educación impulsado la conformación de la fundación COOMULDESA
en donde laboró hasta pensionarse por servicios prestados dejando en pleno
crecimiento al Instituto Marco Fidel Reyes, una institución para formar a los
jóvenes en los campos cooperativos.
Escribió
en ese entonces el sacerdote Ramón González Parra en la página 2 de la edición
de JOSE ANTONIO, el periódico del Sur de
Santander, del mes de octubre de 1990, se refiriendose a Darío Benítez:
“Alguien ha dicho que la grandeza de un hombre se mide por el tamaño de sus
pensamientos”, y en el caso de Darío Benítez no hay otra forma de hacerlo. En efecto su fragilidad física, su timidez
reconocida y su voz a medio desarrollo no permiten hacer otra clase de
mediciones. Realmente no se explica cómo pudo llegar a ser de puestos de ejército y de policía,
antes de incursionar en el cooperativismo. Seguramente había mucha escasez o en
esa época se tomaban en cuantas otras cualidades. Pero afortunadamente sus
limitaciones físicas se han visto en su vida ampliamente compensada por sus
virtudes y valores. Son su estatura moral, su inteligencia aguda, su
lealtad a toda prueba, su practicidad en la administración y sensibilidad
social, unidos a su fino humor, las virtudes que lo han hecho grande y lo
realizan en el concierto de cooperativismo regional y nacional” en las tres
últimas décadas del siglo XX”.
…“muchas
veces hemos pensado que Darío ha sido una de esa personas que no erró en su
vocación. Escogió y logró ubicarse en un tipo de trabajo y empresa que, más que
presencia física o palancas, requería virtudes
y valores. Por ello no es raro, como el mismo cuenta con humildad, que
en diversas ocasiones mucha gente le preguntaba si estaba o conocía al gerente
de COOPCENTRAL… Soy yo, –respondía- sin dar muestra de disgusto”.
“Este
pionero del cooperativismo santandereano, sin ser maestro, formó en la práctica
y con el ejemplo a numerosos santandereanos que se convirtieron en gestores del
crecimiento empresarial cooperativo en la región en las últimas tres décadas
del pasado siglo y las primeras del presente.” “Darío es un ejemplo de
superación y autoformación, es un defensor de los desposeídos y de los derechos
humanos como se infiere de sus columnas en el periódico JOSE ANTONIO. Además de
prestar el servicio militar y ser suboficial del ejército, ejerció como
sacristán. Bebió el néctar de poder y escribió para ser estudiado. Fue un
gerente financiero y un ejecutivo cooperativo. Gozó de una claridad filosófica
y solidaria y mostró un respeto por la fe, la patria y la comunidad y con los
años volvió a su origen, vive en una vereda de San Gil, y aunque su nombre hoy
poco es reconocido, son varios los libros que se han impreso referenciando el
papel de quienes pertenecieron a la escuela cooperativa de Diario Benítez.”
Martha
Luz Cristancho trae a la memoria otro personaje importante para Pinchote. Se
trata de Doña Elvira Moreno de Cristancho. Martha Luz nos cuenta: “…en los
albores del siglo XX en un pueblo casi olvidado un puñado de familias con
temple y tesón luchan contra la indiferencia estatal y la apatía propia de que
quien no tiene arraigo por su propia tierra, familia de pedagogos, los Moreno, se empiezan a conocer no solo aquí sino a
nivel departamental, alguno de ellos Pascual
historiador también, desde la Academia de Historia de Santander una pregunta logra resolver y con la prueba
principal e irrefutable una partida en los libros parroquiales permite develar
la cuna natal de la heroína, restituyendo para Pinchote su sitial en la
historia nacional, pero es una de sus sobrinas, la más humilde, la que muy niña
su padre va a perder y con ello tal vez toda posibilidad, sin embargo, su
apasionamiento perseverancia y carisma lograron el destino cambiar por medio de
“La tía Herminia” quien fuera su ángel benefactor y aun con dificultades un
peldaño alcanzar teniendo la posibilidad de prepararse en pedagogía al lado de
la crema y nata de la sociedad sangileña. Un camino tortuoso y también de
satisfacción así empezó haciendo remplazos en una u otra escuela, un poco a pie
o a lomo de mula, cruzando ríos caudalosos sobre puentes de cabuya y madera,
veredas lejanas e inhóspitas a lo largo y ancho de la geografía Santanderiana
la vieron recorrer; Jesús María, Umpalá, Piedecuesta, la vereda cinco mil,
Simacota, San José, Suaita, la Palmita, Hatoviejo, Cantabara, Aratoca algunas
por nombrar, sola o acompañada por un
familiar Marina, Silvia, Buenaventura y Edelmira mil aventuras por
conocer… a la luz de un candil en el cuarto de una casa en ruinas que en el día
servía de salón y en la noche de habitación, el rechinar de un caballo o el
crujir de las barandas los espantos allí vida propia parecía recobrar… la
llorona, la pata sola o el ánima manta largas noches de insomnio le hicieron
padecer, que luego como anécdotas entre risas nos acostumbraba contar. Un solo
salón, cinco grados, niños ávidos de educación y una maestra con una gran
vocación pronto su entrega y dedicación sus estudiantes la empiezan a
estimar. La época de la violencia en
algún pueblo en la casa de un gamonal la señorita maestra se tiene que hospedar
y ella con gran humildad sus convicciones puede mostrar y al final con sorpresa
acogida y admirada por un liberal. A su tierra natal un día ha de llegar,
dificultades por supuesto ha de encontrar, con pizarra y gis bajo el brazo sus armas para luchar, gramática y
ortografía a la perfección, a sus alumnos con versitos les hacía aprender y si aun así testarudos resultaban
ser la vara es solución. Las silabas bra, bre, bri, bro, bru que arduo algunos
en aprender pero sus mañas y nuevas
técnicas han de inventar. Lectura e historia su gran fascinación tanto que
la muerte la sorprendió con “los miserables” de Víctor Hugo aun sin
terminar. La alegría de leer, cien lecciones de historia sagrada y la urbanidad
de Carreño eran una obligación. Directora de agrupaciones, tesorera de los
bazares, benefactora de mil causas
perdidas, en labores comunitarias, primera mujer concejal en Pinchote y
su principal labor la de enseñar siempre la hemos de recordar. “MAESTRA DE
MAESTROS” alguien la bautizo, las nuevas generaciones de educadores en sus
aulas y bajo sus enseñanzas se pudieron formar, y hasta en la universidad
alguno de sus alumnos hoy profesor es. En el altar de la educación en Pinchote
y Santander Doña Elvira Moreno de
Cristancho siempre estará y ejemplo de esfuerzo, coraje y perseverancia para
todos una gran lección que solo el tiempo lo ha de reconocer. Mostrar sus cualidades
imposible es porque esta leyenda siempre corta se quedara pero algunas por
resaltar… La pluma y el tintero su letra pudo moldear, diminuta, pareja y clara
quien no la ha de reconocer, memoria prodigiosa hasta último momento pudo exhibir poesías completas habitual en ella
declamar, y ¿el sistema de sumar? varias veces la prueba le hice pasar y a mi
calculadora siempre le pudo ganar… tres y dos cinco y ocho tres y uno va
y ocho llevo dos, yo la verdad no
le podía entender pero su método infalible si es. Caridad, Paciencia y
Esperanza un legado más, su temple y férreas convicciones siempre en mi mente estarán
y cada una de sus enseñanzas con frases que
en mis oídos retumbaran. Ella toda una institución hoy día del maestro
la quiero recordar y a mi pueblo al que tanto me hizo amar presentarle un
personaje que a pulso y con las uñas grandes cambios pudo lograr”.
Otra leyenda. El sacristán
Martha
nos sigue contando otra leyenda pinchotana. “… como todo pueblo religioso los
domingos en Pinchote desde muy temprano y desde lo alto del campanario el tañer
de dos grandes campanas retumbaban en todo el vecindario llamando a los fieles
a la misa, pero este sonar no era como cualquiera, era sonoro y acompasado,
como una melodía que alegraba el día a quien lo podía escuchar, se identificaba
que llamado era ya que al final de cada sinfonía; uno, dos o un largo retoque
lo informaba y así las señoras sus rebosos alistaban y prestas al templo
acudían. Cuando un vecino fallecía, las mismas campanas su alegre tintinear
transformaban en un melancólico y lánguido redoble que hasta los confines del
pueblo su noticia triste hacía llegar, el alma entera estremecía de dolor y el
llanto no se hacía esperar… pero detrás de estos acordes solo un personaje
sigiloso, humilde y bonachón… TIO MON, don Salomón Triana el hijo de doña
Chinca, el Sacristán del pueblo, aquel que pasaba desapercibido para muchos
pero indispensable para todos. Los ornamentos clericales siempre impecablemente
listos para cualquier celebración, la casulla morada, roja, verde… y sobre ella
el alba, coronado con la estola y sobre estos el cíngulo organizados
exactamente en el orden inverso de colocación. los libros litúrgicos
perfectamente marcados con las lecturas del día sobre el ambón y las velas
perfectamente encendidas en el altar junto a estas cáliz y hostias preparados
para el ritual… estas tareas cotidianas y otras menos ceremoniales pero igual
de importantes las cumplía don Salomón a cabalidad con el silencio que siempre
lo caracterizó, a tal punto que una vez retirado de sus labores ya nunca más
las campanas volvieron a sonar como aquellos días y a los muertos no se les
llora como antes y solo un vago recuerdo nos queda en la memoria”.
Leyenda. Desde la punta del palo
Por:
Martha Luz Cristancho
Desde
un recóndito y misterioso lugar de la memoria cuenta la leyenda… que en alguna
época cuando aún la modernidad no había llegado, la oficina de telégrafos
ubicada en un costado del parque, único medio de comunicación, estaba al
servicio de la comunidad. Un “cacho” negro instalado en una cabina de madera,
instrumento de conexión con el exterior, los lugareños acudían al llamado por
el chorote de la alcaldía… “se le informa a la señorita NN que tiene llamada a
las dos en punto en la oficina de TELECOM”,
y así este medio de notificación eficaz permitía que el pueblo en pleno
se enterara que el novio de la señorita NN la iba a llamar y estar pendientes
en la tarde que nuevas habrá.
Solo
cuatro cuadras el pueblo tenia, las calles aún sin empedrar y una cuadra abajo
del centro de información, un punto estratégico “la punta del palo” durante
muchos años sitio de referencia fue y hasta muertos conoció, y desde allí una
vasta mirada plantas como la bellísima, árboles
frondosos tupidos con musgo y cercas de piedra tradicional, mejor paisaje nadie
pudo disfrutar… por el ramal del Socorro
a lo lejos una casa emerge tímida, sorprendente y enigmática. Una sensación
misteriosa despierta la curiosidad, la gente hasta la curva ha de llegar y en
un cuento de hadas su visita se ha de
convertir. Laentrada,
nada tradicional, por un costado cerca de alambre hay que cruzar, gradas de
piedra y tierra se deben recorrer y justo en el patio rodeado de pollos, gallos
y gallinas acceso directo a la cocina en bahareque, una sorpresa había de
esperar arepa cariseca, bollos de maíz y con suerte chicha fuerte para
degustar, la pareja que allí vivía a todos con dichos solía recibir y si al
menos changua o tinto se negaba a recibir al regaño se tiene que atener, lengua
brava para que aprenda a agradecer, porque afrenta ha de ser un bocado
rechazar.
Juan
Viejo personaje singular, cuentos, dichos y chistes y un humor solo salido de
la cotidianidad que espontáneamente ocurrencias como anécdotas por siempre
perduraran. Una misión especial en el pueblo desempeñara, los dolores a muchos
calmará y con sobijos piernas rotas, tronchaduras y escuajados pronto curaran.
Los rezos el mal de ojo sacara, sus manos benditas las fiebres calmara y por una
moneda un agüita de yerbas las lombrices desaparecerán. Hasta los animales paz
encontraran porque de las gusaneras el los librará. De muchas partes al pueblo
llegaran, su fama pronto se extenderá y las curaciones como milagros se
reconocerá.
Café Origen de Pinchote
Pinchote
es una tierra agrícola que en sus últimos tiempos busca desarrollarse con el
ecoturismo. La principal actividad económica de Pinchote es la explotación agrícola,
extendida en todas las veredas del municipio, y los cultivos más representativos
son: maíz, millo, café, cítricos, plátano, yuca, caña panelera, tabaco, tomate,
fríjol. En recientes experiencias agrícolas se destaca el café especialmente el
denominado Café Origen Pinchote. Este café técnicamente cuidado proviene
especialmente de generaciones enteras de la familia Carreño y su finca
Balconcitos.
Gracias a
la calidad de la gente que vive en Pinchote y su amor por el trabajo mujeres
como Yazmín Carreño perteneciente a la asociación de mujeres campesinas del
departamento ha luchado para darle
continuidad a la tradición cafetera que inició su abuelo. Según su página https://worbunna.com.co/cafe-origen-pinchote-santander/
Nos
cuenta que: “trabaja junto a su esposo y
tres hijos en busca de hacer del cultivo del café una auténtica mezcla de amor
y constancia. Gracias a la dedicación y buenas prácticas, ha logrado certificar
su finca en sellos como Agricultura Sostenible Rainforest, Nespresso AAA y
C.A.F.E. practices, lo que le ha permitido exportar café para empresas
importantes de Europa y Norteamérica.
La producción de café de “Balconcitos” usa un sistema
agroforestal con sombríos de diversos árboles nativos, a los que llegan un gran
número de especies de pájaros y pequeños animales de monte para equilibrar el
cultivo en armonía natural. En su compromiso con el cuidado equilibrado del
café, el tratamiento del grano se hace desde prácticas que logran los mejores
resultados sin usar productos tóxicos. Su compromiso ha sido incentivar una
cultura cafetera que respete las condiciones naturales del cultivo. El secreto
de “Balconcitos” está en el detalle del cuidado consciente de la vida, de las
plantas, de la tierra y, sobre todo, de saber que detrás del café que hoy está
en tu mesa listo para ser bebido, hay manos de mujeres, de hombres, de niños;
atardeceres majestuosos que han hecho de esa taza que ahora sostienes en tu
mano, un verdadero sabor único para el mundo, lleno del amor que nunca cambia:
la familia”.
Pinchote un pueblo para visitar
Pinchote
es hoy un pueblo de grata visita, no solo por la delicadeza de sus gentes sino
por su tranquilidad, sus atractivos y porque es una oportunidad para
conectarnos con nuestro pasado histórico.
Es común
hoy ver los sábados y domingos grupos de familias que se desplazan de San Gil disfrutando de sus calles, antiguas haciendas
que mantienen intacta su arquitectura, sus atractivos turísticos, su comida
como los restaurantes Mirador Monserrat, restaurante Moravia, restaurante
campestre El Rodeo o simplemente disfrutando de un helado, masato, chicha que
se consigue en el parque principal o comprando artesanías en el quiosco del
parque. Pinchote es pues un buen plan familiar y la oportunidad de entender más
y mejor a Santander.