Este bello pueblo tiene
sorpresas de color que se extiende por sus cafetales y campos. Del verde
infinito de sus tierras sorpresivamente saltan pinceladas de color natural; son
las orquídeas, que se funde con el espíritu amable y sensible de los
matanceros. Aquí en Matanza es posible encontrar orquídeas de diferentes
especies y que afortunadamente algunas personas cultivan con esmero y
dedicación, como es el caso de Carlos Hernán Leal Aparicio, que junto a otras
personas se dedican al cultivo de estas flores y de esa manera hacen posible una
inspiración colectiva, una expresión de sensibilidad de color y forma naturales, que
todos comparten, fortaleciendo así una expresión cultural de admiración y
respeto por la naturaleza que es muy propia de las gentes de este pueblo.
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