Onzaga es un hermoso
pueblo que se extiende tranquilo en un magnífico valle que llena de paz y
amabilidad a la honesta y trabajadora gente que lo habita. Onzaga está situado
al sur-oriente del Departamento de Santander, en la provincia de Guanentá, cuya
capital San Gil, dista de Bucaramanga aproximadamente 177 Km, por carretera
Pavimentada hasta Mogotes y destapada de Mogotes a Onzaga, pasando por San Joaquín.
Su historia contiene
claves indispensables para entender el ser santandereano, en estas tierras se
vivió el asombro que produce lo desconocido. Una colisión de mundos y culturas,
formas distintas de entender la existencia, tuvo lugar aquí hace muchos siglos.
“Era una hermosa mañana soleada y diáfana
del mes de mayo de 1537, algunos exploradores, jinetes en su mayoría, cansados
y exhaustos, provenientes de la sabana de Bogotá unos, otros de las tierras de
Tundama, iban guiados por los indios que conocían la región hacia los dominios
de (Umza-gá) Hunzaá, muy al norte y cerca de las tierras Guanes y Chitareras. Mientras
avanzaban miraban asombrados las hileras de montañas interminables de color verde
en los alrededores y azules grisáceas en la inmensidad de la distancia. Maravillados
por la exorbitante belleza de aquellos parajes contenían la respiración
brevemente ante la frescura de sus valles que mostraban tierra limpia, virgen y
fértil. Manadas de venados de gruesa cornamenta que encontraban a su paso corrían
despavoridos sin dirección concreta, muy temerosos al escuchar a los fieros y
ruidosos perros que aquellos aventureros traían”. Así relata el historiador
onzagueño Javier Francisco Prada Becerra, los inicios de la llegada de los
españoles a esta tierra que hoy conocemos como Onzaga, Su libro, Hunzaá El Ancestro,
es una fascinante narración, que nos permite conocer, no solo la historia de
Onzaga, sino que están allí narrados, aspectos importantes con los cuales
podemos comprender la forma de ser y sentir del santandereano. Este libro es de
especial recomendación para conocer a profundidad la historia y cultura de
Onzaga.
Todos los pueblos
santandereanos poseen claves históricas y culturales para entender como somos,
en Onzaga se hallan muchas de ellas. Ya que cada rincón onzagueño tiene poesía.
Allí las palabras, los dichos, los recuerdos, revolotean sin fatiga en sus
casas campesinas, en sus calles, por los filos de las montañas. Muchos dichos y
proverbios de Onzaga han venido de otros pueblos, pero se han instalado allí adquiriendo
un espíritu, directo y franco donde la sabiduría campesina tiene luz propia. Estos
dichos y saberes populares poseen en Onzaga un sabor propio. Se expresan con certeza y adquieren un aire de
socarrona verdad, universal haciendo más agradable la interacción social, donde
el humor salta juguetón en cada conversación. Algunos dichos de uso frecuente
en Onzaga son: Ora y verá. / Si hubiera guevos le fritaba uno, pero… como no
hay manteca. / Colando y bebiendo y al pie de la tama. /Ay bregando con ella…y
ella con yo. / El que se casa, es que tiene casa y su muchilita a la plaza. / Quien
ve el pollo y lo que chilla. / Por vida suyita. / Más vale maña que fuerza. / Cada
tiesto tiene su arepa. / Pa burro grande…medio de chicha. / Perro viejo late
echao. / El que encarga y no da con qué… deso mesmo se le tré (trae). / Gallina
vieja da buen caldo. / Tronco viejo, guarda chispa. / Porque conozco el burro
por eso lo arreo.
Así con ese espíritu juguetón
y amable de la palabra, que transita por calles y montañas, Onzaga ha
construido su historia y su cultura, con una fusión de sus ancestros Guanes que
sobreviven en el actual imaginario colectivo, los hechos de la conquista española
y la revolución comunera, mezclándose con el mundo global de la actualidad. Por
ello, y para conocer más sobre este hermoso pueblo, encontramos en la Biblioteca
pública de Onzaga, datos e información que reproducimos literalmente, por considerarla
de importancia para conocer mejor a Onzaga.
Nuestros
aborígenes y fundación.
La palabra Onzaga se
deriva del cacique Hunzaá, de cuyo término los españoles derivaron el nombre de
Onzaga. Antes de la conquista, al cacique de Onzaga le tributaban, por lo menos
veinticuatro capitanes mantas y comida. A su vez, él y sus indios estaban
sujetos a Tundama, el gran cacique de Duitama, y ofrecían mantas, yucas,
batatas, etc.
Los aborígenes eran
gente sedentaria, con gran sentido de espiritualidad y dedicados a la
elaboración de mantas de lana, a la agricultura, la caza y la pesca. Manejaban
muy bien el sistema de riego, hecho que les permitió obtener abundantes y muy
ricas cosechas. Gracias a la influencia de la cultura Guane, lograron obtener
un alto grado de desarrollo en las áreas técnicas y sociales. Según los
cronistas Fray Pedro Simón, Otero y Juan de Castellanos, los Guanes en esta
región se ubicaban dentro de los siguientes límites: al Norte del río de oro,
la mesa de Juan Rodríguez y el río Guaca; al oriente del río Guaca, río
Chicamocha y el río Onzaga; al sur del río Lenguaruco y el río Saravita o
Suarez; al occidente del río Suarez, cordillera de los Yarigûíes y del río
Sogamoso. En cuanto a la ubicación del pueblo ONZAGUEÑO, la tradición oral
afirma que este se estableció primero en Susa, de donde se trasladó hasta su
actual ubicación. Al revisar los libros sacramentales del pueblo que se
congrego en Onzaga, se aprecia la permanente relación que estos indígenas
mantuvieron durante el tiempo neogranadino, con otros de su misma etnia,
antiguos tributarios de gran señor de Duitama. Por esta razón, durante la época
de la colonia, el territorio onzagueño fue administrado por un corregidor
perteneciente a la jurisdicción de la ciudad de Tunja, jurisdicción que se
extendía hasta Mogotes, Coromoro y Tequia. Aquellos indígenas (634) debían
pagar tributo a dicho corregidor; elaborando mantas (182 de lana y 657 de
algodón).
Acabado el pueblo de
indios los feligreses blancos y mestizos pidieron se erigiera la parroquia de
Onzaga, dejando como párroco al último doctrinero, Fray Lorenzo Plata. Fue el
promotor fiscal del arzobispado quien aprobó, el doce de julio de 1777 la
construcción de la parroquia bajo la advocación de “Nuestra Señora de la
Concepción de Onzaga”, decisión confirmada el treinta de julio por decreto
arzobispal, y el trece de septiembre en auto firmado por el Virrey Manuel
Antonio Flórez.
El trazado de la
parroquia se hizo en tierras donadas por Don Nicolás López y Doña Teresa de
Vidal. Autorizados por el párroco Lorenzo Plata, los españoles y mestizos
suscribieron las cartas de obligación que los comprometían a mantener las tres
cofradías (Santísimo Sacramento, Virgen de la Concepción y Animas Benditas) y a
pagar la congrua del cura de la parroquia. Al comparar los datos del archivo
departamental con los obtenidos en los archivos municipales, se advierten
ciertas inconsistencias porque aparecen diferentes fechas así: En el archivo
departamental figura la creación del municipio en el año de 1.602 pero no se
encontró la ordenanza correspondiente. En el libro primero, de la notaria de
Onzaga, se hace efectivo un negocio entre los señores Ascensión López y Juan
Antonio Caballero y para tal efecto, el alcalde Marcelino López y el tesorero
Rafael Eslava expidieron un certificado de insolvencia.
El negocio se efectúo
el 14 de enero de 1875, lo cual indica que ya funcionaba la alcaldía. Por datos
obtenidos en el archivo parroquial y en el archivo histórico nacional, se sabe
que a partir de la colonia a Onzaga llegaron pobladores de Mogotes, Soatá,
Tutasá, Sativa, Susacón, Cocuy y San Juan de los Llanos, entre otros (ver mapa:
Migraciones a Onzaga). Es muy posible que la gran fertilidad de sus terrenos,
en aquella época, motivara a los pueblos vecinos para trasladarse a estas
tierras. Por otra parte, con la colonización española, la reducción de la población
indígena se generalizó y el traslado de grupos humanos se efectúo de manera
masiva y por orden de la real corona.
Actividades
económicas.
Onzaga exportó a
principios del siglo XIX algodón, tabaco, y añil que producía la región.
Durante el siglo XIX llevaba a otras regiones, bayetas, lienzos, mantas,
alpargatas de fique, sombreros de ramo y sombreros de paja, calcetas de
plátano, frazadas de lana, y artísticas sobrecamas de algodón.
Hoy la participación de
las actividades económicas del área urbana, está basada en el renglón del
comercio de víveres, tejidos, zapatos, licores entre otros; el renglón de los
servicios se manifiesta a través del componente financiero, la administración
pública, la educación y las telecomunicaciones, en el ámbito artesanal la
transformación de lácteos en la fabricación de quesos de hoja y en la
explotación pecuaria de porcinos.
El Municipio, dedica en
la actualidad un 3,64% (1.773 ha) de sus tierras a los cultivos agrícolas,
destacándose el fique, maíz, la caña panelera, el frijol, la yuca, el café y
los frutales como sus principales cultivos; en el sector pecuario, la ocupación
del territorio alcanza el 30,83% (15.011,45 ha) y las especies más
representativas corresponden al ganado bovino de doble propósito (leche y
carne), la avicultura (huevos), la cría y engorde de cerdos, la piscicultura como
actividad emergente, los caprinos y la tenencia de equinos con propósitos de
carga o transporte de productos agrícolas y ayuda para las actividades
productivas.
Las demás áreas de
sector rural del municipio, están representadas por vegetación natural como
rastrojos con 10.642,39 hectáreas equivalentes al 21,86%; Bosque con 15.241,2
hectáreas equivalentes al 31,31%; Vegetación de Páramo con 5.611,8 hectáreas
equivalentes a un 11,52% y vegetación Xerofítica y Tierras Eriales con 396,46
hectáreas, equivalentes a 0,81% del territorio. En el perfil de las diferentes
actividades y la población ocupada, según rama de actividad; resalta la
agricultura con el 52,14% y la ganadería con el 37,97% como las principales
actividades que soportan la base económica del municipio, empleando así mismo
la mayor cantidad de población económicamente activa en su desarrollo.
La
riqueza ecológica de Onzaga
El municipio cuenta con
una gran zona de bosques ubicada en la zona andina y altoandina con estrecho
contacto con el subpáramo constituyéndose un ecotono, de características
ambientales amplias, lo que permite una alta variedad de especies. Sin embargo,
dado que es un ambiente frágil en la medida que es fácilmente alterable, tanto
por extracción de la flora, como por transformación, afectando su composición
florística, haciendo que algunas especies especialmente de mamíferos silvestres
cambien también en su composición y diversidad. Los ecosistemas son ricos por
la presencia de un amplio número de especies. Dentro de la diversidad de
mamíferos, predominan especies de porte pequeño o mediano, algunos de ellos
corresponden a: Fara, Comadreja y Zorro.
Con respecto a las aves,
se reporta una cantidad mayor de
especies e individuos observados, las encontramos distribuidas por todas las
formaciones vegetales que conforman el municipio. Es importante mencionar el
loro Pyrrura calliptera, encontrado por Avellaneda et.al. en las partes altas
(El Picacho) el cual seguramente también habita en zonas propias del municipio,
que tiene uno de sus últimos hábitat en los bosques andinos y altoandinos de
Santander; los búhos (Glaucidium sp.), los colibríes (Aglaiocercus,Metallura) y
los tucanes o “carracos" (Aulacorhynchus), de los que puede haber más de
una especie, cuya presencia indica la de ciertas áreas en aceptable estado de
conservación que les sirven de nicho ecológico, especialmente entre los 2.000 y
3.000 msnm. Entre las especies reportadas por los habitantes de la zona como
especies comunes encontramos: Guañuz (crotophaga ani), siote (Turdus serranus),
toche (Icterus chrysater), azulejo (Thraupis episcopus), chirlobirlo (Sturnella
magna) y el copetón (Zonotrichia capensis)
Lugares
que merecen ser visitados
El Municipio de Onzaga
cuenta con atractivos turísticos reconocidos en la región y que merecen ser
visitados. Como sitios de interés natural se pueden destacar la zona de páramos
con altitudes de más de 3.400 msnm, lo cual representa un interés de orden
científico e investigativo por las características geológicas y las reservas de
flora y fauna que aún se conservan, reconociendo además su potencial hídrico
que acumula esta zona considerada de protección y de reserva hídrica.
Igualmente los sitios
de interés como el Mirador del Carmen, el Sitio Histórico del Boquerón, el
santuario natural de la Cruz de Roble en la Vereda de Vegas límites con
Tipacoque, Zona de Páramo y recarga hídrica (la Laguna Brava y Boba) en límites
con el municipio de Coromoro, la zona del río Chicamocha, Cueva el Campanario,
las Sabanas de Tinavita, Susa y el Uval zona de producción agropecuaria, verdaderas
bellezas naturales. El Cerro el Mojón
con la réplica del señor de los Milagros, Gruta de los Pinos, La Plaza de los
Indios, La Piedra de Came, La Iglesia, La Capilla del Cementerio y la Plazuela,
y el Proyecto de turismo más novedoso ubicado sobre la loma del Mojón detrás
del Santo Cristo de Onzaga, se encuentra los bohíos en homenaje a los antiguos
pobladores indígenas. Es un servicio de hotel con todas las comodidades que
recrea un ambiente espiritual ideal para pasar vacaciones y entrar en contacto
con la naturaleza y la historia rica de Onzaga.
Estos sitios de interés
conforman el patrimonio natural y potencial turístico.
Lugar según cuenta la leyenda, los españoles apresaron al líder comunero José Antonio Galán el 13 de octubre de 1782.
La
religiosidad onzagueña
Onzaga cuenta con una
profunda religiosidad en sus habitantes, dando importancia a las fiestas
patronales del Señor de los Milagros, que se celebran el 1º de enero, la cual
coincide con las fiestas del retorno en época de navidad y vacaciones,
notándose la presencia de las colonias de onzagueños procedentes de Ibague, Bogotá
y Bucaramanga principalmente.
Otras fiestas
religiosas que revisten importancia corresponden a la celebración de la Semana
Mayor (Semana Santa), los Primeros Viernes de cada mes, El Corpus Cristi y San
Isidro entre otras festividades que mantienen vivas las costumbres y tradición
religiosa de los onzagueños.
Este Santo Cristo es el
alma de Onzaga. La mitad de la historia de Onzaga la ha escrito el Señor de Los
Milagros. Escribe don Juan de Dios Arias que en 1707 ya tenía tabernáculo
propio, la historia empieza sobre todo cuando se le trasladó de un hallazgo que
fue Susa a este pueblo pues los indígenas la tenían oculta para preservarla de
posibles hurtos, entonces la imagen fue encontrada enterrada en Susa. Las características del hallazgo de la imagen
ya presagia la importancia de la fe a través de la historia para el pueblo de
Onzaga. Dice la tradición que varios campesinos se encontraban arando y
descubrieron la imagen enterrada. También cuentan los antiguos que hacia el año
1698 fue llevado al sitio que se conoce como Pueblo Viejo pero en el momento
que la estaban trasladando la imagen se hizo tan pesada que fue imposible su
traslado, el cura de la época tuvo que realizar una ceremonia para que El Santo
Cristo se dejara trasladar pero según dice la tradición desapareció varias
veces para aparecer en el lugar que fue encontrado. Fue necesario realizar
rogativas y ceremonias fervorosas para lograr el objetivo. Finalmente el Santo
Cristo fue llevado al sitio conocido como Pueblo Viejo hacia el año 1734.
El 29 de diciembre de
2007 siendo alcalde de Onzaga el señor Hernán Sanabria Aponte se inauguró sobre
la loma del Mojón la entronización de un Santo Cristo monumental en memoria al
Señor de los Milagros de Onzaga. Este Cristo es obra del escultor santandereano
Juan José Cobos. Es sin duda una imagen muy bella y visitada constantemente por
los onzagueños y visitantes.
Onzaga
tierra de sensibilidad artística.
La sensibilidad
artística es una de las características de la gente de Onzaga. Esta tierra
tiene una versión propia de la flauta de carrizo, se trata del “Pínjaro” que es
construido por don Roque, un venerable anciano que deleita a propios y visitantes
con melodías dulces y tradicionales, rememorando tiempos que se fueron, pero
que gracias a su pasión musical todavía podemos disfrutar. Todo un patrimonio
cultural vivo. El “Pínjaro” tiene cuatro dígitos y lengüeta de caña.
También en otros campos
artísticos Onzaga se ha destacado como es el caso de la pintura. Grandes
artistas ha dado esta bella tierra, como el maestro pintor Luis Roncancio
Becerra, reconocido a nivel nacional por su original pintura primitivista, que
recrea el espíritu noble y colorido de nuestros pueblos santandereanos y que ha
tenido la capacidad de influenciar a nuevos pintores primitivistas en Colombia.
Don Roque interpretando en el pínjaro melodias de la tierra.
Don Roque interpretando en el pínjaro melodias de la tierra.
Otro gran artista
reconocido es el maestro Rafael Prada Ardila, con una obra muy sólida de gran
belleza clásica. Escultor y pintor el maestro Ardila tiene obras importantes
que forman parte de colecciones públicas y privadas de Onzaga, Santander y
Colombia. Reconocidos igualmente, tenemos
a don Camilo forero Reyes, señora Lulú Flores
Soler, señorita Luisa Delgado Zambrano, Reynaldo Tibaduiza Cordero, Fernando
León Aparicio, Dagoberto Díaz Becerra, Carlos Augusto Forero Díaz, Alberto
Cáceres Amaya –caricaturista- Cecilia Cáceres Amya –caricaturista- .
Obra de Luis Roncancio.
Obras de Rafael Prada Ardila
Esta sensibilidad que se expresa en el valioso trabajo de sus artistas también es de orden colectivo, que implica la alegría en sus fiestas y sus valores culturales en general, pero aquí esta sensibilidad colectiva tiene la capacidad de unir al pueblo a partir de aspectos sencillos pero muy significativos, en Onzaga el afecto por un árbol, manifiesta su profunda sensibilidad con la naturaleza. Se trata de una árbol que se encuentra en el parque principal de Onzaga las personas lo llaman “El abuelito” ya que hace muchas generaciones los acompaña. El árbol es especial, porque allí entre sus ramas, vive un generoso cultivo de orquídeas que florecen en ciertas épocas del año. Todo el pueblo expresa su cariño por este árbol, constituyéndose así en una manifestación sensible que habla muy bien de Onzaga. Es una expresión colectiva de afecto, que une a todo el pueblo, permitiéndole una cohesión social a través de la belleza de las flores y el aprecio por la naturaleza.
Personajes de Onzaga.
El árbol que todos quieren, de cariño le dicen El abuelito.
El festival cultural.
Así son las fiestas de Onzaga. un encuentro alegre entre paisanos donde comparten el sabor de su tierra a partir de muestras de sus comidas, expresiones eminentemente culturales, concursos de yunta de bueyes carga y descarga de animales, concursos de reinas y muestras folclóricas.
Así son las fiestas de Onzaga. un encuentro alegre entre paisanos donde comparten el sabor de su tierra a partir de muestras de sus comidas, expresiones eminentemente culturales, concursos de yunta de bueyes carga y descarga de animales, concursos de reinas y muestras folclóricas.
Y con esta expresión
de ternura colectiva, terminamos nuestro viaje a este hermoso pueblo
santandereano, que nos demuestra que el conocimiento de nuestros pueblos no
solo es indispensable para el desarrollo de Santander, sino que al visitarlo y entrar
en contacto con la amabilidad de su gentes y su cultura, ayudan también a
mejorar nuestra vida.
Agradecimientos a don Celestino
Becerra, Juan Carlos Silva, don Luis Hernando Peñaloza Sanabria. Don Maximo
Duran, la señora Alcira Prada Amaya, Benito Zambrano, Cesar Amaya y Doña Estela
Hernández. Y especialmente a la emisora comunitaria de Onzaga.
Fuentes: Hunzaá el
Ancestro de Javier Francisco Prada Beccerra, Biblioteca municipal de Onzaga y
Tiene el don Domingó de extasiar al lector con la pureza gráfica de tus fotografias y entramado literario de tus textos. Al terminar de leer, solo quedan ganas. Ganas por conocer, por contemplar por admirar la belleza que se manifiesta en la sencillez
ResponderEliminarEs y seguirá siendo nuestra madre tierra y nuestro protector SEÑOR DE LOS MILAGRO. DE ❤
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