miércoles, 6 de septiembre de 2023

Aratoca. La ciudad de las colinas.


 

Más allá de lo alto del río, decían los Guanes para referirse al hermoso pueblo que hoy conocemos como Aratoca.

Aratoca pertenece a la provincia Guanentina, conformada por los municipios de San Gil, Aratoca, Barichara, Curití, Valle de San José, Encino, Coromoro, Cabrera, Páramo Villanueva, Jordán, Pinchote, Charalá, Mogotes, San Joaquín, Onzaga, Ocamonte y Cepitá.

La ubicación de Aratoca es estratégica, ya que se encuentra sobre la troncal Bucaramanga – Bogotá. Con un tiempo aproximado de 1 hora de Bucaramanga, capital de Santander y a 45 minutos de San Gil, con una distancia de 370 km de Bogotá. Altitud: 1.800 msnm.

Aratoca limita por el norte con  Los Santos y Piedecuesta, por el sur con Curití, por el oriente con Cepitá y por el occidente con Jordán.

Aratoca con su ubicación  en la cordillera oriental, tiene una temperatura de 20 °C. Aratoca inicia en el puente de Pescadero, allí finaliza su frontera con el municipio de Piedecuesta, cubre el imponente cañón del Chicamocha aquí se  ubican varias de sus veredas y el famoso paradero turístico conocido como Chiflas. Desde allí solo queda alcanzar al ramal de Aratoca donde con un recorrido de 5 minutos, podemos llegar a su  casco urbano.

Aratoca es llamada “La ciudad de las colinas”  y es fácil entender por qué, ya que se encuentra rodeada de pequeñas colinas que cubren el pueblo con abundante vegetación, prodigándola de árboles que hacen sentir al visitante en un espacio agradable, como habitando un jardín.  

Visitar a Aratoca no es solo encontrar un paisaje santandereano puerta de entrada al gran cañón del Chicamocha,  sino tener la oportunidad de interactuar con gente maravillosa. Sus habitantes son amables, alegres y cordiales. Su mayor característica es el emprendimiento, porque su convicción es el trabajo.

Aratoca es un pueblo tejedor de la fibra de fique, especialmente el producto conocido como “sacos” utilizado para empacar diferentes productos agrícolas en varios municipios, no solo de Santander sino de Boyacá. En Aratoca el 80% de las familias elaboran dichos empaques como una tradición artesanal.

Con el transcurrir del tiempo ha disminuido la producción de saco de fique, porque paulatinamente este empaque ha sido remplazado por la fibra sintética y pocos productos son empacados en costales de fique. Así que sus artesanos se están diversificando buscando otras formas de utilizar esta fibra natural.

Aratoca y su pasado colonial.

Según la página oficial de la administración municipal,  “Aratoca fue fundado el 5 de agosto de 1750 por don Domingo de Rosas, don Francisco Espinosa, don Antonio Salgado y don Antonio Flórez. El acta de autorización para la fundación fue firmada por el virrey José Alfonso Pizarro, luego de haber cumplido los requisitos legales exigidos por la ley virreinal para la fundación de nuevas ciudades. Los fundadores se encargaron de trazar las calles con cordel y de levantar los planos de la iglesia y el cabildo municipal. El nombre con el que quedó registrado el pueblo en los archivos del virreinato fue Villa de Nuestra Señora de las Nieves y Santiago el Mayor de Aratoca”.

Como recuerdo de esa época colonial podemos observar hoy la Iglesia Nuestra Señora de las Nieves  que enmarca el parque principal del municipio.



Es una construcción en piedra realmente imponente, muchos la consideran una joya del arte colonial en Santander.  

Esta construcción junto con la Capilla Jesús Nazareno considerada como el primer templo del municipio, es evidencia de un pasado colonial que impactó estas tierras guanes. 

 Capilla Jesús Nazareno

Según la investigación “Configuración de paisajes coloniales en el territorio Guane, Santander (Colombia) Ardila Luna” nos comenta que: “Los Guane fueron el grupo social más representativo del actual Departamento de Santander que los españoles encontraron al momento de la conquista en 1540. Los guanes hacían parte de "los paganos organizados", es decir, de sociedades complejas o cacicales cuya religión adoraba al sol (Amodio, 1993). Este grupo, hoy desaparecido, habitó gran parte de la región andina santandereana y el número de indígenas disminuyó rápidamente debido al impacto mismo de la colonización y a los procesos de mestizaje. Fueron esencialmente agricultores, ocuparon diferentes pisos térmicos para la complementariedad de productos y el eje de sus asentamientos lo marcaban las fuentes de agua y la calidad de los suelos (Arenas, 2004). El territorio guane fue colonizado en su totalidad, aún ante la escasez de oro y otros metales preciosos. Los españoles fueron ocupando poco a poco el territorio e iniciaron el proceso de transformación del paisaje a partir de la fundación de pueblos, apertura de caminos, creación de hatos y estancias, introducción de plantas y animales del viejo mundo, la religión católica, el sistema legal y racial propio de lo colonizadores1”.

“La repartición de encomiendas fue una de las primeras medidas tomadas por la Corona para la obtención de recursos de la tierra en las nuevas colonias, también para evitar el pillaje o la sobreexplotación indígena frente a una demanda de recursos por parte de los recién llegados (Colmenares, 1987), y así mismo de consolidar su dominio sobre los indígenas de todo el territorio americano. Para el territorio guane fue el conquistador Martín Galeano, en 1540, quien repartió las encomiendas entre sus hombres antes de regresar a Vélez con la satisfacción de haber conquistado y pacificado los pueblos Guane (Simón, 1982). Posteriormente, entre 1540 y 1560 los indígenas fueron visitados por un funcionario de la Corona para ser tasados y censados, en el archivo documental del AGN no existe evidencia de esta visita, pero es referenciada por la visita de 1560 que verifica si los indios están pagando la tasa estipulada previamente, por lo menos en algunos pueblos (AGN.VS. 2, 5-12)”2.

Simultáneamente se inició el proceso de urbanización con la creación de los pueblos de indios y asimismo la institucionalización de las dos Repúblicas: la República de Españoles y la República de Indios, de esta manera se mantenía la separación de los dos grupos humanos para garantizar el bienestar del imperio y el de sus súbditos. Esto responde a lo propuesto por Pachón, ya que para los españoles colonizar significaba poblar, es decir, urbanizar. Viviendo juntos y agregados, como mencionan las visitas a la tierra, se construía "el marco adecuado para lograr la deseada 'humanización' y el acceso a la nueva religión no podía ser otro que su agrupamiento en pueblos" (Pachón, 2002, sp).

Este proceso de repartición de encomiendas y de creación de pueblos en el marco de las dos Repúblicas es evidencia del cambio de una territorialidad Guane a una colonial. Los españoles transformaron el territorio guane a partir de la construcción de nuevas territorialidades expresadas en provincias, ciudades y pueblos, construyendo las líneas imaginarias de las que habla Mbembe (2005). Esto nos permite entender que el territorio se construye a partir de la territorialidad y que esta "implica la afectación y la incidencia que marca, delimita y ejerce control de un espacio, transformándolo en territorio (Echevarría, 2000, 25)3. El componente militar de la Conquista puede ser un elemento fundamental para comprender dicha aceptación, pues los españoles vencieron a los poderosos caciques guanes y ganaron un espacio entre los indígenas, ya fuera bajo el reconocimiento real de su supremacía -justificado mitológicamente o bajo los términos del miedo o el establecimiento de alianzas. Galeano estableció una alianza con el cacique Chanchón a quien le dijo que "vivirían seguros en sus tierras, sin que nadie les ofendiese, pues ellos en pago de su amistad y tributos que pagasen al Rey y a su encomendero en su nombre, se obligaban a defenderlos de quienes los quisiesen ofender" (Simón, 1982, T IV: 30) (Cursiva mía). En un segundo momento, los españoles establecieron unas relaciones de protección, cuidado físico y espiritual, dando a los indígenas el vestido, comida y herramientas (AGN. VS. 2,5), situación que afianzó la relación entre dominadores y dominados, sin que esto implique que no existieran procesos de resistencia”.

Estas citas tomadas del trabajo de Ardila Luna nos pueden dar una idea general del impacto sobre los habitantes Guanes originarios de estas tierras y el proceso colonizador cuyas huellas podemos observar hoy especialmente en la arquitectura de algunos pueblos de Santander. 

Símbolos de Aratoca.  

Bandera de Aratoca.
Escudo de Aratoca.

1, 2, 3. Configuración de paisajes coloniales en el territorio Guane, Santander (Colombia) Ardila Luna, D. (2010). Configuración de paisajes coloniales en el territorio Guane, Santander (Colombia).

 

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