
Así llaman los cabreranos a
su pueblo, remanso de paz. Es cierto, apenas el visitante llega siente que
entra a un mundo tranquilo. El silencio se destaca como un habitante más y es
fácil traer a la memoria las palabras del filósofo de las cosas del ayer George
Steiner quien afirma “No hay que tener miedo al silencio. Solo el
silencio nos enseña a encontrar en nosotros lo esencial”. Esa posibilidad de encontrar en Cabrera lo
esencial, hace que este pueblo reconforte el alma de los visitantes y puedan
encontrar su dimensión espiritual, su trascendencia como seres humanos, es el
escenario perfecto para un diálogo ameno y tranquilo con nuestra propia naturaleza.
Cabrera se encuentra a solo 22 Km de San Gil con una extensión total de 78 Km2 su
territorio limita con los municipios de Socorro y Pinchote al sur, Barichara y
San Gil al oriente y con Galán y Palmar al occidente. Cabrera se localiza en
las subcuencas de los ríos Suárez y Fonce esto hace que nuestra mirada se
extienda al infinito, pues las montañas que rodean el pueblo crean un ambiente
de abiertas sensaciones, matizadas por un cielo azul intenso, en el que las
nubes blancas despliegan tranquilas sus formas abstractas.

La primera atracción visual
de Cabrera lo constituye su arquitectura que se remonta a las épocas de la
colonia y que sus habitantes han sabido valorar y cuidar. Estas hermosas casas
impecablemente blancas, se destacan armónicamente frente al verde de los
árboles, los rayos del sol producen las sombras de los arbustos sobre las
paredes de forma casi tímida, creando una sensación de amistad infinita entre
la luz y las formas arquitectónicas. Es allí donde el visitante puede
percatarse de los ecos de la historia que permanecen todavía con especial
cuidado en cada detalle conservado , las puertas y ventanas, las cornisas, las
tejas, las curvaturas de las paredes que se inclinan como saludando al
visitante. Sus calles en piedra son un testimonio vivo de la historia y la
importancia que esta tiene para imaginar nuestro futuro a partir de la
comprensión de nuestro pasado.






Pareciera que las piedras de
sus calles nos hablaran, desde cuando en 1540 el conquistador español Martín
Galeano llegó a estas tierras y estableció la primera encomienda al mando de
Pedro Mantilla de los Ríos. Este dominio Guane hacia el año de 1800 se
encontraba densamente poblado, hecho que permitió a los vecinos de Cabrera
solicitar ser erigidos en una nueva parroquia.
Es así que el 30 de julio de
1807 los señores LUIS JOSE DELGADO, RAFAEL Y ENRIQUE NÚÑEZ, DON JUAN RAMON Y
BONIFACIO AFANADOR y otros, le dieron poder a DON RAFAEL TADEO NAVARRO Y ROJAS,
uno de sus vecinos, para que iniciara las diligencias conducentes a erección de
una parroquia en el mencionado sitio. El 23 de agosto de 1808 se dio el auto de
erección de la Parroquia de nuestra señora de la Inmaculada Concepción de la
Cabrera. Confirmó este auto el virrey Amar y Borbón el 08 de noviembre de 1808.

Es aquí donde nace un
aspecto casi de leyenda sobre el nombre de Cabrera. Para sus habitantes hoy en
día es tradición explicar el origen del nombre de su pueblo a partir de una
construcción de imaginario social tradicional que afirma que estas tierras
habitadas antaño por un grupo indígena de la familia de los Guanes, Los
Calvera, dio origen a su nombre actual. Sin embargo el historiador Heriberto
Silva Rangel, miembro correspondiente de la Academia de Historia de Santander
afirma en su libro “Bicentenario de la fundación del municipio de Cabrera
Santander” nos dice que esta apología sostenida por los habitantes de Cabrera,
parece ser una tradición folclórica, después de una investigación en documentos
históricos ninguno de los cronistas de Indias menciona dicho cacicazgo de
Calvera. De cualquier manera, en estas tierras, se pastorea el cabro que además
de constituirse como plato típico, algunos asocian como origen del nombre, pero
por otro lado, estas tierras eran también de dominio Guane.


Un eco de esta rica historia,
se encuentra perenne en el bello templo de La Inmaculada Concepción construido
en piedra y tapia pisada. Erigido entre 1839 y 1851. Es uno de los más hermosos
de la región. Rico en figuras decorativas talladas en piedra, contiene símbolos
con sentido libertad, porque ya en nuestros pueblos se encontraba el aire de la
independencia, obtenida por nuestros libertadores en la batalla del 7 de agosto
de 1819 en el puente de Boyacá. Las figuras expresan antorchas que aluden a la
libertad, la riqueza agrícola de estas tierras, las hojas de tabaco cultivo
tradicional ya poco frecuente en estos tiempos, también se encuentran símbolos
de las armas utilizadas en las campañas libertadoras y en el frontis de la casa
cural se halla tallado en piedra el escudo de Cabrera.
El templo conserva en su interior altares de
la época colonial tallados en madera de macana, son de cuidadosa elaboración con
lo que hace centrar nuestra atención en lo espiritual, pues es un conjunto
simbólico que sobrecoge nuestro aliento disponiéndolo hacia aspectos de
trascendencia. De igual forma el coro enmarcado con un vitral de La Inmaculada
Concepción influye con sus vibrantes colores calados por la luz, para que
nuestro espíritu se regocije. Es de igual importancia arquitectónica la capilla
del cementerio, dada al servicio de la comunidad en el año 1890. En todo este
conjunto se respira no solo la influencia de la colonia española sino también
el espíritu de los ancestrales indígenas Guanes, que hoy recuerdan los actuales
pobladores con verdadero orgullo, en algunas piedras del parque principal se
encuentran talladas algunos pictogramas, como signo de recuerdo, ya que los
Guanes se caracterizaron por su inteligencia y organización social, tenían sus
propias y elaboradas ideas sobre la vida y la muerte, poseían altos
conocimientos en ingeniería hidráulica, rica
destreza artesanal, leyes civiles, mapas solares y cultivos a gran escala.












Es Cabrera un pasado valioso,
que afortunadamente sus habitantes no han dejado perder, desde el recuerdo de
los caminos en piedra de Geo Von Lengerke que lo une con Barichara, hasta
aspectos más recientes de la vida cotidiana, se
siente en el ambiente ese regocijo, ya que los cabreranos son personas muy
amables, siempre cordiales y atentos a orientar a quienes los visitan. Poseen
un gran sentido del humor y se reúnen fácilmente a charlar y compartir sus
inquietudes diarias, ya sea en las esquinas de las calles, en las tiendas donde
comparten un tinto, una cerveza o en los quioscos del parque. Son personas
realmente maravillosas en el trato con sus paisanos y con el visitante.









Una forma de expresión de la amabilidad de los cabreranos lo constituye su
comida, donde se destaca la cazuela de
pisco. Este plato típico es ofrecido en las fiestas principales de Cabrera,
es originario de esta tierra, es su plato oficial, y son pocas las personas que lo saben preparar,
cada una tiene su fórmula secreta y en las fiestas es motivo de comentarios de degustación,
se forma una especie de competencia entre las personas que lo preparan, ellas
buscan la aprobación de todos los invitados, dándole a las relaciones sociales
un ambiente de cordialidad y oportunidad de nuevas anécdotas, para futuras
charlas.

Si bien estas maravillosas
gentes saben disfrutar de sus fiestas, otros aspectos de la vida son el eje
central, como por ejemplo, el trabajo y la educación. Estos son hoy los
mayores rasgos culturales que los definen, parece como una resonancia de sus
antepasados Guanes y esto se ve no solo en un muy bien cuidado colegio, sino
especialmente en su biblioteca pública Domingo Carvajal Calderón, constituida
por una construcción agradable y bien equipada, con equipos modernos, una
excelente colección de libros de consulta y literatura universal, con espacios
de trabajo cómodos y agradables para la consulta bibliográfica.
La biblioteca es visitada con regularidad por las
gentes del pueblo. Es necesario destacar el excelente trabajo y dedicación de
su bibliotecaria Jimena Monsalve Álvarez quien presta el servicio de asesoría
en las tareas a los niños de las escuelas del pueblo y en la que con alguna
frecuencia organiza lecturas públicas de libros, además de orientar a los
visitantes sobre las colecciones de libros y promocionar la lectura en los
habitantes de Cabrera, quienes responden positivamente acudiendo con frecuencia
a los préstamos de libros de su amplia colección literaria. La biblioteca, se
ha constituido en un referente de orgullo para las gentes del pueblo.



En este ambiente de hallazgos
de la identidad cultural, encontramos en la biblioteca un tesoro, se trata del libro
MI ABUELO ME CONTÓ, sobre mitos cuentos y leyendas del Guanentá escrito por
Celmira Pereira Franco y Gina Serrano Ferrer. Es una investigación bastante
rigurosa donde se encuentra cuentos y leyendas de Cabrera y de toda la
provincia del Guanentá. Gracias al trabajo de estas investigadoras de la
cultura de Cabrera y la provincia, se pudo rescatar muchas leyendas y cuentos
originales de estas tierras, que solo son contadas por los campesinos a sus
niños y personas que quieran escucharlos en épocas especiales de luna
llena.







Complementando este trabajo
en la Casa de la Cultura se encuentra en proceso de organización y catalogación
El Museo de la Memoria de los objetos que han constituido la historia de Cabrera
en su inmediato pasado. Estos objetos hacen referencia desde los trabajos ya
extinguidos como las herramientas de carpintería, herrería, hasta monedas,
radios y aparatos de diferente índole que hablan de momentos históricos
específicos, que nos dan una idea precisa de las costumbres, la economía y la
forma de sentir de este bello pueblo.
Otro aspecto de igual
importancia cultural es su emisora comunitaria Cabrera Estéreo, que transmite
en 88.8 FM y que se ha constituido en un valor más que une a este pueblo, ya
que la emisora tiene como objetivo generar desarrollo comunitario, a través de
espacios de opinión y participación, en busca de rescatar la identidad cultural,
las tradiciones, resaltar los valores culturales y sociales. La emisora
funciona en la Casa de la Cultura que se encuentra actualmente proyectando su
trabajo hacia la comunidad.
Cabrera tiene además un
clima con un predominio del Bosque seco tropical, conserva especies de árboles
como el Anón, Balso, Ciruelo, Cují, Gallinero, Guácimo, Mamoncillo, Totumo
entre otros. La naturaleza es aquí tan atractiva que algunos árboles toman
formas caprichosas. Si bien la naturaleza no imagina el arte, vemos arte en
ella, por ello, con una atenta mirada, ciertos árboles parecen esculturas en
ocasiones algo realistas o de intrincadas formas abstractas.
Con una tradición tabacalera
el municipio de Cabrera está recomendando la práctica de otros cultivos como el
Anón, el Ciruelo, Mamoncillo, Tamarindo junto con especies como Cují Cámbulo
para formar sistemas silvopastoriles. Además de la promoción de programas de
reforestación con Cedro, Caracolí, Balso y otras especies maderables. Se
destaca en Cabrera el cultivo del maíz, millo, tábano, plátano fríjol, frutales
y la ganadería con especies bovinas, caprinas, equinas, ovinas y porcinas.
Así termina nuestro
recorrido por el bello pueblo de Cabrera, una tierra que tranquiliza los espíritus,
y que nos invita a descubrir el sentido de nuestra historia y nuestros valores
culturales.
Descripción tomada de la página del municipio de Cabrera
ESCUDO
DEL MUNICIPIO DE CABRERA SANTANDER
FORMA
Ovalado y dividido en dos
campos por una banda. En la parte inferior dos flores de lis. En el centro del
escudo sale desde el campo inferior un pino o ciprés. En la parte inferior del
escudo dos ramos de olivo atravesados. Corona el escudo una especie de torre
con ventanillas.
SIMBOLOGíA
Las dos flores de lis
representan a san Pablo y san Pedro.
El ciprés
representa al pueblo o sus habitantes que crecen y se encumbran como sembrados
a la orilla de una fuente.
La
estrella simboliza la santísima virgen: Inmaculada Concepción titular de
la parroquia que ilumina a sus hijos.
Los
ramos de olivo atravesados representan el triunfo de la emancipación del 20 de
julio de 1810, pues Cabrera fue fundado el ocho de noviembre de mil ochocientos
ocho; en vísperas de la independencia de Colombia, gracias a la intervención
del prócer doctor Camilo Torres.
Agradecimientos
Claudia Mercedes Ruiz Franco.
Susana Olarte
Belén Martínez Angarita
Jimena Monsalve Álvarez
Restaurante doña Chela
Fuentes
Mi abuelo me contó. Celmira
Pereira Franco. Gina Serrano Ferrer
Apuntes históricos.
Heriberto Silva Rangel. Bicentenario de la fundación del municipio de Cabrera
Santander 1808-2008
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