jueves, 14 de septiembre de 2023

Aratoca. ASOMUPOVUL un proceso de aprendizaje cultural sobre el trabajo femenino.


 

La realidad laboral de las mujeres para superar las barreras de la desigualdad suele estar habitado de trabajo invisible, como el trabajo reproductivo que no es remunerado, convirtiéndose en una carga adicional de difícil reconocimiento. El trabajo reproductivo se  convierte en proyecto de vida sin que el imaginario cultural sea capaz de reconocerlo como empleo.

En la esfera del empleo convencional las mujeres tienen que enfrentarse a condiciones de desigualdad, bien sea  por acceso a mejor educación o a capital de trabajo si su deseo es emprender y no anhela trabajar por salarios.

En cualquier caso la realidad laboral de las mujeres en los pueblos de Santander son difíciles para ellas, en el caso de Aratoca por su tradición en la elaboración de productos de fique y específicamente los empaques elaborados con esta fibra, han representado tradicionalmente un ingreso extra para las mujeres, pues el proceso de preparación del fique  exige la destreza y conocimiento  y habilidad de las mujeres.

Algunos estiman que el 80% de la economía de Aratoca gira en torno al fique, su comercialización de fibra y la elaboración de empaques, pero en los últimos años  es sabido por todos que los empaques fabricados con esta fibra, han sido remplazados por empaques de fibras plásticas, llevando casi a la extinción esta tradición cultural de Aratoca.

Pero las mujeres de Aratoca pertenecen a una cultura de luchadoras, capaces de soñar un futuro mejor para ellas. Nunca se dejan vencer por las dificultades,  de tal manera que encontraron en la organización y la asociación la forma de hacer frente a las condiciones de empleo o la creación de iniciativas económicas propias.

ASOMUPOVUL nace un proceso de aprendizaje cultural sobre el trabajo femenino.

 

Sandra Rodríguez representante legal de ASOMUPOVUL

En ese contexto de casi desaparición de una expresión cultural como la artesanía de empaques de fique,  nace otro proceso cultural esta vez la del trabajo asociado, el trabajo de apoyo entre ellas mismas, el convencimiento de soñar entre todas para un futuro mejor. Quieren despojarse del individualismo y sienten que sus sueños personales son posibles, si sueñan entre todas, con objetivos comunes.

Es así que en el año 2011 Sandra Rodríguez, una mujer excepcional, inteligente, soñadora y con capacidades de liderazgo como todas las mujeres de Aratoca, junto con otras compañeras consientes de la realidad económica de las mujeres, crearon la Asociación de Mujeres Cabeza de Hogar y Población Vulnerable ASOMUPOVUL como alternativa organizada para hacerle frente al trabajo de hilado de fique y elaboración de empaques, que además de su proceso de extinción, no ofrecía un verdadero reconocimiento económico, pues el margen de ganancia suele ser muy poco especialmente para las mujeres. “El fique es un trabajo duro con pocas ganancias” afirma Sandra, “así que lo mejor fue organizarnos y crear una asociación para que el trabajo de la mujer fuera visible y reconocido”

Sandra Rodríguez es ahora la representante legal de ASOMUPOVUL en su gestión y el trabajo constante de sus compañeras asociadas.

Recordar los inicios de la asociación es encontrarnos frente a buenos recuerdos que ayudan a entender porque esta asociación de mujeres en la actualidad  está construyendo y fortaleciendo  la capacidad creativa de las mujeres de Aratoca.

Sandra nos cuenta con alegría los inicios. “No teníamos dinero para conformarnos o pagar documentos necesarios para la constitución de la asociación, así que  una amiga nos donó 20 pollos que cuidamos entre todas, posteriormente los vendimos  y empezamos a gestionar la documentación legal, como cámara de comercio, poder reunirnos para establecer los estatutos y otros gastos.

Posteriormente realizamos reinados, basares para conseguir recursos que permitieran la gestión y posicionamiento de la asociación. Pero también los recursos se utilizaban para practicar la solidaridad con compañeras de la asociación que más lo necesitaban”.

De esta manera esta valiosa asociación de mujeres empezaba a practicar uno de los valores que más cohesionan una organización social, especialmente el valor de la solidaridad. Valor referido  tanto a un sentimiento como a  la actitud de unidad basada en metas o intereses comunes; la idea de ayudar sin recibir nada a cambio, con la aplicación de lo que se considera bueno y sin fines de lucro. Fortaleciendo los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí. Es ese convencimiento que tienen estas valiosas mujeres, una virtud que las lleva a vivir una buena vida, donde saben realizar acciones y comportamientos solidarios con la comunidad.  Poseen una clara visón ética de la vida, de la ayuda a los otros. Sin duda poseen un valor cultural digno de destacar. 



 

Sandra sigue recordando y nos cuenta “Posteriormente empezamos el proceso de capacitación para aprender nuevas cosas, especialmente en el SENA específicamente nos capacitamos en  confección ya que es un conocimiento que nos permitía  diseñar y hacer prendas para nuestras propias familias, como confección de uniformes etc.

Luego  se presentó la posibilidad de gestionar recursos con la Gobernación de Santander y gracias al acompañamiento  y asesoría de la  Corporación Compromiso especialmente del señor Eduardo Ramírez,  pudimos elaborar un proyecto del cual se obtuvieron tres máquinas de coser. Eso nos permitió capacitar a más de 100 mujeres en costura y nos permitió iniciar un sueño que es el de construir una marca de ropa para entrar a los mercados de la moda, estamos construyendo ese anhelo.

La pandemia afectó el trabajo en los talleres de costura, pero ya nos estamos recuperando, gracias a que la Cruz Roja Colombiana nos apoyó con un proyecto de huertas caseras, también de gallinas y nos brindaron ayuda con algunos incentivos. De esta manera amortiguamos los impactos de la pandemia.

Fue un apoyo para 20 huertas que por nuestros sueños y capacidad de trabajo se transformaron en 40 huertas de plantas aromáticas.

Esto nos dio la idea de iniciar un proceso de fabricación de aromáticas deshidratadas y aceites amacerados. 





 

Queremos entrar a los mercados de estos productos de manera fuerte y contundente pero para lograrlo nos dimos cuenta que necesitamos conocimientos de mercadeo y posicionamiento de marcas, así que estamos recibiendo apoyo en estos temas de la Cámara de Comercio.

Queremos hacer varias líneas de producción.  En las aromáticas dos presentaciones: aromáticas pulverizadas y aromáticas en hojas sueltas. En los aceites fusionados una línea para carnes y otra para ensaladas.

Hoy en día gracias a un proyecto que presentamos a Mujer emprende rural, nos han apoyado con algunos recursos, con los cuales ahora poseemos una deshidratadora, un molino y una tisanadora esto nos  permite industrializar un poco más el producto.

Como dije buscamos un mercado departamental, nacional e internacional queremos desarrollar todo el proceso como registro INVIMA y elementos de mercadeo incluso digital, la idea es imponer la marca.

Con nuestra línea de confecciones queremos hacer lo mismo imponer muestra propia marca de ropa”.




 

Aquí Sandra hace una pausa en su relato y nos cuenta algunas proyecciones que tiene la asociación de mujeres para su futuro: “Las expectativas en este momento es adquirir algunas tierras para cultivar huertas y así abastecer la materia prima para la marca de aromáticas. Pero sobre todo queremos desarrollar nuestras habilidades de trabajo en equipo y avanzar en soñar juntas”.

Conocer a estas mujeres en su trabajo comunitario es realmente una experiencia que contagia el alma de esperanzas. La asociación  ASOMUPOVUL demuestra en la realidad como el trabajo de las mujeres, sus iniciativas y sus sueños, son capaces de superar las dificultades cotidianas, pero especialmente reducir las brechas de genero que sufren las mujeres y que según el diagnóstico  Brechas de Género en Santander realizado por la Fundación Mujer y Futuro para la Secretaria de Planeación Departamental de la Gobernación de Santander en 2009 “Tal como se ha enunciado, la globalización en tanto revolución científico tecnológica ha implicado cambios drásticos en los procesos productivos, y como consecuencia, en el mundo del trabajo, de modo que los y las trabajadoras requieren nuevas competencias acordes a procesos segmentados y esparcidos por todo el mundo gracias a las tecnologías aplicadas a los medios de comunicación y de transporte. La flexibilidad en tiempos y espacios se ha impuesto en el mundo del trabajo”. “El empleo precarizado ha afectado tanto a hombres como a mujeres, pero en mayor magnitud a las mujeres. Se trata de contratación a tiempo parcial, sin vinculación a la seguridad social, sin aporte a pensiones, sin subsidios familiares ni de transporte, entre otros. En pocas palabras, las mujeres que se incorporan al mercado laboral lo hacen frecuentemente en condición de precariedad y tratando de compatibilizarlo con su trabajo reproductivo”.

Frente a tantas dificultades  y contextos adversos el trabajo y sueños de las mujeres siempre será un mundo de esperanzas y realidades nuevas, que benefician a todos, hombres y mujeres. Es por ello que el trabajo cultural de ASOMUPOVUL es tan valioso y darlo a conocer es un deber, por el aporte meritorio  que estas mujeres le dan a Aratoca y Santander. 







 

 


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