viernes, 28 de agosto de 2020

Simacota, una tierra de historia comunera.



En Simacota Santander su  historia se puede sentir en sus calles empedradas, que junto a una conservada arquitectura colonial, nos permite ser testigos de una memoria histórica que une a la región comunera con ideales de libertad que permanecen en el sentir de sus gentes.


La rebelión de los comuneros, ​ también denominada insurrección o levantamiento de los comuneros, fue un movimiento armado gestado en el Virreinato de la Nueva Granada en marzo de 1781, en el marco de las múltiples respuestas que se generaron al avance del reformismo borbón en América durante el gobierno de Carlos III. Tuvo su epicentro en la localidad de El Socorro, perteneciente a lo que hoy es el departamento de Santander, Colombia. La insurrección se desencadenó por la implementación de reformas fiscales y económicas en el novel virreinato que implicaron una mayor carga fiscal sobre la población, el avance sobre ciertos privilegios y exenciones y la restricción del cultivo de tabaco, que afectó sensiblemente a los productores locales. Medidas que alimentaron un clima generalizado  de descontento que cristalizó en la insurrección y se dirigió especialmente contra las autoridades locales que implementaron las reformas.

En tiempos de la conquista esta tierra que hoy conocemos como  Simacota fue habitada por familias aborígenes como los  Guamacaés, Yariguies, Tolomeos, Arayas, Topoyos, o Topocoros. Simacota inicialmente se llamó Camacota, vocablo indígena que significa Cultivo en lugar escarpado.

En 1551 el capitán español, Martín Galeano a través de Bartolomé Hernández de León, encomendero de Chanchón y subalterno de Galeano, hace presencia con 30 soldados en estas tierras, dando inicio así a la época de la colonia española. 

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