miércoles, 23 de agosto de 2023

Leyenda sobre la aparición de la Virgen de Nuestra Señora del Socorro.


 

En otros tiempos las leyendas sobre la aparición de la Virgen de Nuestra Señora del Socorro en el sitio “El Terán” corrían raudas de boca en boca por las tierras comuneras, distintas eran las versiones que se daban a conocer, considerando que cada persona incluía su propia interpretación. 

La leyenda de mayor arraigo popular fue escrita por el sacerdote socorrano Dr. José Manuel Parra    en “Antorcha Eucarística” de don Julio César Patiño según registra el historiador Ramiro Gómez Rodríguez en su libro  “Fundación del Socorro” editado por la Casa de la Cultura Horacio Rodríguez Plata en 1999.

La leyenda referida por el sacerdote socorrano Dr. José Manuel Parra en “Antorcha Eucarística” dice así: “En el año de 1676 vivía en “El Terán”  una mujer que tenía una hija rebelde o por mejor decir incorregible; la madre afligida lloraba la descarriada condición de su hija y con la esperanza de que se enmendara  la llevó a Chanchón y la presentó al sacerdote  encargado de aquella feligresía suplicándole la reprendiera i llamase al cumplimiento de sus deberes de hija. Hizolo así el sacerdote, pero como la muchacha recibiera de mal genio y aún con desprecio los consejos de su párroco, éste le anunció que correría peligro de que el diablo se la llevara si continuaba ultrajando y desobedeciendo a su madre.

Hija y madre salieron de la casa cural y sin conversar una palabra en todo el camino  llegaron al Terán y entraron a una choza que se encontraba sola. La madre lloraba y en silencio pedía a la Reina del Cielo la socorriese en esa desgracia haciendo que su hija se enmendara, pero ésta llena de ira como iba, estalló en nuevos insultos contra la pobre madre. Era ya tarde, no habían comido y no había leña para preparar el alimento; la madre le dijo que fuera a conseguirla, pero la muchacha la desobedeció con mayor altanería profiriendo no solo insultos sino también blasfemias; en este extremo la inconsolable mujer se quejó al cielo; y para contener a su hija le recordó las palabras del sacerdote, “el diablo puede cargarte”. Y al terminar estas palabras se presenta efectivamente Satanás en actitud de cargar con la muchacha… La mujer entonces no dando oído sino a su solo corazón de madre, de rodillas y con las manos puestas invocó a la Madre de Dios, llamándola providencialmente con un título hasta entonces desconocido, pero que es precisamente el que Ella había escogido para que allá se le venere, se le invoque y para cautivar el corazón de cuantos habían de nacer en ese suelo: “Oh Virgen del Socorro, ¡favorécela!”, dijo u al instante apareció la Reina, morena pero hermosa, con un niño en los brazos y con su cetro apartando a Satanás y encarcelándolo; la muchacha se agarró aterrada al manto de la Soberana Señora, se salvó del infernal enemigo y fue en lo sucesivo modelo de hijas. Pero la Santísima Virgen no desapareció, sino después de haber ordenado a la mujer que fuera a decir al sacerdote que trasladara la población al lugar que hoy ocupa, que allí se levantara un templo en su honor y que a la nueva feligresía se le pusiera el nombre de Socorro. Sin demora fue cumplida la orden celestial; pero el sacerdote y sus vecinos no se contentaron con la mera traslación del pueblo sino que inmediatamente, mandaron pintar en España el cuadro que representa a la nueva Patrona, Nuestra Señora del Socorro, y la historia de su milagrosa aparición. Llegó el precioso cuadro digna obra de su autor don Bartolomé  Esteban Murillo en 1680 a Santa Fe de Bogotá donde por orden del Arzobispo se tomó una copia que se conserva en la iglesia de Santa Bárbara; y a fines del mismo año fue colocada en el camerín que le habían preparado sus amantes hijos del Socorro. La parroquia fue inmediatamente erigida bajo el título de Nuestra Señora del Socorro en 1683 por el Ilustrísimo Señor Antonio Saenz Lozano y el 20 de marzo de 1895 su Santidad León XIII instituyó a Nuestra Señora del Socorro Patrona y Titular de la Diócesis, y al efecto dice don Aurelio Gómez Parra “le otorgó el insigne beneficio de señalarle misa y oficios propios de la Sagrada Liturgia lo que implica una especie de reconocimiento tácito de la milagrosa aparición que dio origen a la devoción del pueblo comarcano”.     

Recomendamos este blog con historias del Socorro. Aquí encuentra otros detalles sobre esta leyenda.

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